Juventud, Barcelona, 2001. Sabía que al final del verano aquello terminaría, y yo recibiría un sueldo y un dato interesante que incluir en mi currículum. Se adherían a mí, y continuaban presentes durante meses. En fin, hicimos un poco el paripé, yo dije a todo el mundo que era enfermera y la cosa coló. Lo pasé bastante mal al sentirme oscilar de aquella manera. ¡Creo que me estoy volviendo loca! Por supuesto, la obesidad masculina no es un trastorno de la alimentación, y si lleva a otros problemas de salud, ha de ser tratada de manera conveniente. Sorry, preview is currently unavailable. Bulimarexia, otra vuelta de tuerca IV. Logré perder bastante peso, a fuerza de mucho sacrificio y mucha ansiedad. ¿Podría mejorar? Aguilar, Madrid, 1996. Tu cuerpo te está hablando. De ello puede dar fe el cocinero Paco Roncero, que bajó más de 25 kilos y se aficionó a correr, y otros famosos chefs como Mario Sandoval, Óscar Velasco, Sergio Fernández, o Darío Barrio. Al fin y al cabo, había mucho tiempo por delante. Clínica CEMTRO cuenta con un parking público con más de 50 plazas. Bien, sé que me voy a recuperar. Otras veces creía que lo mejor que podía hacer para terminar con mis lágrimas porque perdían los indios, porque no me compraban la Barbie, porque el amigo del héroe moría en el primer asalto, porque mi vecina se enfadaba conmigo, porque los leones mataban a las madres de las cebras chiquitinas, porque mi monitor de baloncesto me gritaba y no comprendía que era zurda, porque los cerdos se burlaban del patito feo, era acabar de una vez, cortarme las venas en agua caliente, como los romanos, y dormir durante mucho tiempo en paz. MODELOS PARA VIVIR Si algo aprendí de mi incursión en las páginas pro-anorexia es la importancia que las figuras femeninas célebres tienen para estar jovencitas. A eso se le añaden los mismos conceptos pero en aplicaciones para móvil, consejos dietéticos o gastronómicos, blogs, interpretaciones y personalizaciones de dietas online... Tanto la ansiedad como la necesidad llevan a un aumento del consumo de grasas, azúcares y comida basura, más barata y que crea una falsa sensación de bienestar inmediato. Aún no comprendía que los chicos prefieran a otras niñas por tener un cuerpo más esbelto, y pensaba que cambiarían de idea, que se fijarían en mí: que era cuestión de llamar su atención. Sentirme viva; con lo bueno y con lo malo. El enfermo niega su peso y su aspecto, no muestra complejos ni culpa, y come de una manera inadecuada. Piensa por dos. Sin embargo, una recuperación más larga le permitió enfrentarse a problemas personales con su familia, con su tendencia sexual, y no sólo recuperó peso sino que además se convirtió en un disciplinado estudiante y atleta. Él deseaba ayudarme, pero en un principio su modo de hacerlo era imponerme normas, y convencerme de un modo racional de que lo que hacía estaba mal. Tenía que ir al médico dos veces a la semana, de modo que cada día acarreaba mis pesas. A cambio, mi madre dejó de controlar las porciones que me servía, y como yo procuraba sentarme a la mesa siempre acompañada por alguien, recuperé el placer de comer como acto social. Son pequeños trucos que aún hoy siguen recomendando. No puede enterrarse y olvidarse cuando se han dominado los impulsos de atracarse o vomitar. El malogrado Alexander McQueen, que se suicidó con cuarenta años, se había sometido a una liposucción y a una estricta dieta, también en 2002. La vida es así, viene y va. En el primer año en España pasaron muchas cosas. Fue una de las pocas veces en la que he disfrutado de esa sensación. Allí, entre sus dedos, se formaban los temidos huecos que delataban una imperfección más. No tiene nada. Desde que el verano amenazaba con los calores de mayo, el placer que de niña sentía por la luz, los días más largos, las ropas ligeras y de colores, se convertía en preocupación. • No lo niegue ni le reste importancia, no se sienta culpable, intente controlar la angustia, evite peleas o culpabilización a su cónyuge, y acepte que se enfrente a un problema que sin duda lleva ahí más tiempo del que cree. Yo, que a aquellas alturas me había convertido en una experta en necesidades nutricionales y en índices calóricos, no salí de allí convencida, pero creí que merecía la pena la prueba: todo con tal de adelgazar. • En algunas variantes de la enfermedad, se levantan dormidos o sonámbulos e ingieren grandes cantidades de comida. Imaginaba el trabajo y el sacrificio de despojarse de casi treinta kilos. Madeleine no estaba de acuerdo con que yo me viniera a Europa. CERVERA, M. Riesgo y prevención de la anorexia y la bulimia. Me asustaron muchísimo sus palabras; nunca habría imaginado oír «ingreso». Aún siento la necesidad de bucear en lo más profundo de mí misma para encontrar respuestas. Aceptaba sin planteármelo los velados ánimos de los profesores para que no acudiéramos a clase y las insinuaciones de que éramos demasiados, de que en especial las chicas no superaríamos la competencia de la carrera y el mundo laboral. Yo me hago cargo de ti, pero si te pillo en una sola trampa, o bajas de peso, cierro mi puerta y te vas a morir a tu sofá. El peso de las modelos, que nunca había sido similar al normal, decreció diez kilos. RENO, T. The eat-clean diet stripped. Pero quizás, como decía Panero, «hay que conquistar la desesperación más intransigente para llegar a las formas más duras y más vacías, para construir nuestro castillo». Roca, Madrid, 2010. LA SALVIA, DANIELA - Gastroenterología. Ella afirmaba que no había seguido ningún régimen: su metabolismo se había ajustado súbitamente, y aun comiendo lo mismo, había adelgazado. Hay que pensar en largos meses y en la mayor parte de los casos, años, de recuperación, y como dice Maricarmen Galindo, la presidenta de FEACAB, cuando le preguntan qué deben hacer cuando se les acaba la paciencia: «Compren otro cesto de ella». Para colmo, se da una paradoja cruel. Ya no era… especial. Entré como si nada. • Comienza a ejercitarse sobre todo en gimnasios, con el objetivo prioritario de conseguir un cuerpo musculoso. No importa que sean galletas con chocolate y chorizo, o cualquier otra mezcla extraña, ni importa que el aspecto sea repulsivo para los demás, con exceso de salsas que chorrean o se fusionan. 119 Durante muchos años no pasó nada digno de mención, una vida muy corriente, acabé los estudios, la carrera, saqué oposiciones, y justo cuando me iba a vivir con mi novia un día me miré en el espejo y no me gustó nada lo que vi. —reí, convencida de haberle callado la boca. Un 10 % de los afectados son varones. Decidimos acudir al médico de cabecera, con quien siempre me había llevado bien. El valor calórico total se distribuye en 40-30-30 (hidratos, sí a frutas y verduras, pero no pasta, patatas, cereales y legumbres, proteínas, carnes magras, lácteos desnatados y grasas. Pues bien, empecé a obtener posibles respuestas a esa pregunta, y con eso, una salida. La insatisfacción genera consumo, la inseguridad ha sido una tara propia de mujeres, inculcada cuidadosamente en ellas por los hombres y las demandas de una sociedad inmovilista. LINDA, LEJOS DEL FILO DE LA CUCHILLA Estoy bien, increíblemente bien. Con la primera pérdida me felicitó y me animó a restringir mi alimentación, para adelgazar más. Hasta entonces había fantaseado con la idea de que todo sería como había sido cuando adelgazara. Sin embargo, ¿cómo manejarse, incluso sin un trastorno de la alimentación, ante la cantidad y atractivo de la comida que se encuentra a nuestro alrededor? Comenzaba una nueva Alicia, y el mundo se iba a enterar. Si me comía una galleta me tenía que comer todo un paquete, y chocolate y muchas otras cosas. En Cuándo comer es un infierno fue María, una jovencita muy despierta, la que contaba su historia. Sin embargo, en otros aspectos el término bulimia me ayudó a saber que era posible reconocer mi dolencia. Empecé a sentirme vulnerable a días, a dudar de mi incondicional ami-enemiga como nunca lo había hecho. Comencé a sentir palpitaciones, y el corazón se me aceleraba no únicamente tras devolver, que era algo a lo que ya me había acostumbrado, sino también durante los atracones, o sin ningún motivo, mientras caminaba o estaba sentada en clase. Hemos cancelado cenas con amigos porque él entrenaba, y luego otras actividades porque yo me negaba a que él se llevara su propia comida. No les culpes. Echaba de menos sus huevos fritos, y la carne. Las chicas consideradas guapas, las que mantenían figuras esbeltas y vestían a la moda, me aceptaron como a una igual, aunque nunca formé parte de su grupo. Que el resultado final fuera fruto de un esfuerzo ni siquiera pasaba por mi mente. Supera el metro noventa, lleva el cabello muy rubio algo largo, y tiene los ojos de un fascinante color turquesa. Para ellas la justicia es la aceptación sin dudas de sus principios, algo que no puede ser. Paseé ante el espejo, me observé de frente y perfil y sonreí e hice muecas hasta que me cansé. Con excusas falsas evitaba a mis amigas, y ellas, cada vez más conscientes de nuestras diferencias, se olvidaron pronto de llamarme. Los valores de las pruebas Inmunológicas y Hormonales, pueden variar según la metodología aplicada. Stephen King, persona de éxito como ella, y como ella desgraciado, añadió: «Y quien diga lo contrario nunca ha estado ni lo suficientemente gordo ni ha sido lo suficientemente pobre». Mantengo un peso estable, más o menos lo que pesaba a los catorce años, antes de iniciar ninguna dieta y de enfermar. Nos divorciamos, ya no éramos felices juntos. Ésa fue precisamente la actitud de Curro, que logró excelentes actuaciones mientras intentaba luchar contra su dolor interno. Me horroriza quedar demasiado operado, pero me aterra envejecer, y ahora que mi metabolismo ha cambiado y engordo con más facilidad me he sorprendido siguiendo las primeras dietas de mi vida. Sin embargo, cuando Antonio se ha ido, y mientras Pepón nos mira con ojitos irresistibles por si se nos cae una patata frita al suelo, Carmen, su novia, cuenta una versión muy distinta: 120 Sabemos todos que tiene un problema, pero no se lo podemos ni mencionar. En los años cincuenta, me lamentaba, me hubieran considerado guapa. Figuras famosas no temen asociar su imagen a ellos, siempre desde la óptica del bienestar y la salud. Una compatriota me dijo que por qué no trabajaba en un club, como ella, acompañando caballeros. Estar delgado, o muy delgado, ha supuesto durante años una primera buena impresión, señal de cuidado y estatus, y una meta deseable. Tengo tres agujeros en cada oreja, y uno en la nariz que me hice el verano pasado. Pienso en las absurdas demandas ante las que cedemos las mujeres y en la estupidez de una moda demasiado cambiante y voluble, pero nunca más importante que la vida, y me siento rabiosa, estafada, tratada con injusticia y desprecio. Mi madre me dejaba el pelo largo (yo entonces tenía rizos) y le encantaba que le felicitaran por su niña tan guapa, cosa que a mí me avergonzaba muchísimo. Ni los estudios, ni un futuro trabajo, ni el deseo de colaborar con organizaciones humanitarias, ni la preocupación por la familia, ni la formación de lazos firmes entre las amigas, ni el respeto por otras mujeres, ni el bienestar personal. Había vuelto a sentir hambre y saciedad, y había aprendido a hacer caso a esas señales. Los TCAs son enfermedades que afectan al entorno, por más que quien los padece se aísle y los sufra en completa soledad. Aquella revista dedicaba una página a un trastorno alimenticio que parecía aumentar en número y gravedad en Estados Unidos. Sin embargo, mantienen algo en común: si pudieran cambiar un momento en su vida, ése hubiera sido el del comienzo de la enfermedad. Tuvo una hermana gemela, que murió en el parto, y una relación particularmente estrecha con su madre y su hermana mayor, pese a que era la número veinticuatro de veinticinco hijos. ¡Atención amigos de Comas! Queda mucho por hacer, y por difundir, en especial sobre los TCAs menos conocidos, o considerados simples manías. 86 III. No vale la pena nadar contracorriente, se van los días en eso. Llegué a odiar el negro. La estación más cercana es Pitis (correspondencia con C7 y C8 de cercanías). Yo sufría y sufría. Yo te envío todo mi cariño. La culpa es de la madre, que siempre ha estado a dieta/ gorda/ trabaja fuera de casa/la ha sobreprotegido, etc... Las relaciones con la familia son muy importantes como prevención o como mantenimiento de la enfermedad, pero sólo son un elemento más entre los que desencadenan un TCA. Lo único que veía eran cantidades. La mayor parte de los psiquiatras especializados en trastornos alimenticios saben de cortes, y de quemaduras, y qué los ha causado. Los piropos aumentaban, cada vez me los decía más gente y pese a lo mal que me sentía, eso me daba fuerzas para continuar con mi plan. Av. Centro Medico Ginecológico-Obstetrico Calle Jose Antonio Encinas 107 . Las mudanzas me conducían a barrios cada vez más exclusivos, con casas más amplias y parques cercanos, pero me introducían también en universos cada vez más distantes, a tratos personales fríos y a amigos temporales. Madeleine me acusaba de pasarme el día tirado en el sofá, preparando unos cursos que no me iban a conducir a nada. - Entrevista presencial Cercado de Lima viernes 06 ... We are searching for a capable Postula con nosotros / convocatoria presencial jueves 5 enero ( vacantes disponibles) to join our all-star team at Los Portales in Lima, Lima. Puedo evocar a mis compañeros de clase, las asignaturas que cursé, y algunas conversaciones aisladas, pero el resto no es sino una sensación de opresión, de dolor y de frío. Devoran con mucha ansiedad, de pie, o sin posar el tenedor en el plato, sin hablar y sin una pausa hasta que acaban. Sentir deseos de matarse no significa que vayas a hacerlo. • Se irrita si se le hacen comentarios sobre su pérdida de peso. Jamás se me premió o castigó mediante la comida, no se me envió a la cama sin cenar, ni me obligaron a desayunar las sobras del día anterior. Algunos apuntaban que la recuperación de la anorexia era también más sencilla, porque las enfermas, tan metódicas, sólo necesitaban cambiar de idea y luego aplicar esa constancia al tratamiento. Esa insistencia en maquillar a las chiquillas, en disfrazarlas de mayores, chocaba con la otra exigencia masculina: la naturalidad. • Bebe grandes cantidades de líquido. Durante los cuatro años de vómitos y atracones había creído que cuidaba de mis dientes, pero lo cierto es que comía mucho dulce, y a veces me acostaba sin haberme cepillado los dientes, como castigo, y porque estaba demasiado deprimida y agotada para 56 hacer otra cosa aparte de dormir. 77 Acabé el libro. Además, cuando me enfrenté a mi problema y a mi recuperación yo ya vivía por mi cuenta. Podía ganar dinero, pero si luego sentía tal asco hacia mí que no comía, ¿de qué iba a servir? Me ingresaron una semana cada vez. ¿Cómo enfrentarse a ello con dieciocho años, una edad en la que se necesitan criterios claros y coherentes? De manera que mi casa estaba siempre llena de mujeres, y siempre me he sentido cómodo en su compañía: pero en el colegio escogí dos deportes exclusivamente masculinos, el atletismo y el remo, y prefería la amistad con los hombres, mucho más sencilla. Te dirán qué comer, cómo vestirte, cómo amar. CECILIA. Y tú necesitas contarlo para liberarte. E.F. Durante siete años, el plazo de los hechizos y los maleficios en los cuentos de hadas, estuve enferma. Teléfono: Sede Central: (01) 6139292 Sede Tacna: (052) 638720 Sede Breña: (01) 3407739 Sede Chiclayo: (074) 227810) Email: informes@clinicalaluz.com.pe Página web: www.clinicalaluz.com.pe Facebook: www.facebook.com/ClinicaLaLuz Especialidades: 40 Mapa de ubicación Video: Clínica La Luz ¿Y tú que opinas? Estúpidos chicos... ¿Dónde miraban? No puedes esperar a que te lo hagan todo los médicos, amigos, familiares. El último cocinero que ha cambiado de imagen espectacularmente ha sido el popular «Robin Food», David de Jorge, que además de por sus programas de televisión había logrado fama por las «guarrindongadas» (combinaciones imposibles y a veces repugnantes de comida): perdió tras implantarse un balón gástrico y una dieta gran parte de sus más de 250 kilos. En el Hospital La Luz intentamos escuchar al paciente para poder asesorar y dar la mejor solución disponible a su consulta. Mi carne agonizaba mientras el impulso vital de mi cuerpo se convertía en una profunda y desesperada pulsión mortal. El cuerpo de la mujer, si no está idealizado, desodorizado, limpio y sano, no merece el menor respeto. Era un tío flaco, encorvado por las horas frente al ordenador, que se estaba quedando calvo, como todos en mi familia, y miope. Una cultura de la imagen prefabricada y apegada a la delgadez como sinónimo de éxito. Una vez más se enfrentó con el hecho de que Bellows y el resto del equipo no pensaban en Nancy Greenly como persona. Muy poco a poco fui capaz de sentir compasión por mí misma, y de tratarme con cariño. Se defendía la libertad del individuo: «Si a mí me apetece dejar de comer para adelgazar nadie me lo puede prohibir, allá yo con mi cuerpo y mi salud». Aparte de carecer de rigor científico, cae en el error de suprimir alimentos, en lugar de moderar su consumo, y comerlos de la manera y en la cantidad correcta. Ella se mostraba tan rígida respecto a lo que yo debía hacer o no hacer (es decir, comer o no comer), tan sabelotodo respecto a su anorexia, y tan superior que yo no la soportaba. Otras veces sí, otras veces reúno la fuerza necesaria para pensar que es posible alterar las costumbres y las creencias, y que la salud y la felicidad de tantas niñas desconcertadas, de tantos chicos perdidos, merecen la pena cualquier esfuerzo. Cada vez que mi corazón se desbocaba, se iniciaba al mismo tiempo un acceso de angustia. Aniñado, en ocasiones cadavérico, muy delgado y con aire lánguido, pertenecía a la oleada de jóvenes ídolos que parecen revivir en estos años el aspecto desvalido y desnutrido de las modelos de los noventa. Esa nueva generación de modelos, con sus cuerpos esqueléticos, duros, sin curvas, impedían pensar en la fecundidad, en un embarazo, en la transmisión de la vida. Aún es posible, en casa de mis padres, abrir un libro viejo y encontrar rastros de papilla. GÓMEZ, P. Anorexia nerviosa. Aquello se repetía cada día, me pesaba y me volvía corriendo otra vez hasta el camping, otros tres kilómetros. Getafe 91 503 59 00 Hosp. Ni siquiera se tomaban demasiado en serio las quejas cuando la cirugía estética resultaba fallida: «Ella se lo ha buscado, quién le mandó meterse en operaciones innecesarias...» pero al mismo tiempo, esa misma ella, que ostentaba cicatrices, o sangrados, o deformaciones, recibía presiones o burlas por su anterior aspecto. ¿Cómo solicitar una cita con un especialista? Nunca es tarde para salir de las sombras. Era creativa y con afición por el arte, y procedía de una familia en la que hablar de sentimientos y proyectos resultaba normal y cotidiano. La anorexia y la depresión se agravaron de tal manera que incluso cuando recuperó parte de 111 las ganas de vivir y aceptó un tratamiento especializado fue tarde para salvarse. Pienso en qué se puede conseguir con las palabras, y por lo general no soy muy optimista. Me imponía dietas y propósitos absurdos, ayunos que rompía al primer día o que no llegaban a la hora del descanso. Yo decía que sí a todo para que no me pillara. Perdí siete kilos durante los ocho días de mi primer ayuno total, pero de todos modos no conseguí el objetivo que me había fijado para Navidades. ¡Horarios fijos y descansos fijos! Pensé que cuando me demostraron que esa actitud no despertaba nada más que indiferencia, la deseché. Para comenzar, porque no están bien planteadas. Pero la mayor parte de los hombres vamos al gimnasio porque queremos vernos mejor, un poco más grandes, y luego esa costumbre engancha. Yo continuaba vomitando, más cuando las cosas iban mal o había momentos de tensión, y menos cuando me serenaba, y mis comportamientos no habían variado. • Come de manera normal, o incluso abundante, pero se mantiene delgada. Pero hazlo bien. Contamos con una parada de taxi en la puerta de la Clínica CEMTRO principal, situada a escasos metros de Clínica CEMTRO II. El deseo o el antojo de algo que nos divierte o nos consuela, que nos hace sentir mejor, se contrapone a la culpa que, sobre todo en el caso de las mujeres, conlleva comer algo altamente calórico. Le gustaba la ropa extravagante, casi al límite del disfraz, aunque en algunas ocasiones se sobrecargaba con capas de tela para sudar y eliminar líquidos. Ventisquero de la Condesa, 42, 28035, Madrid, España Mi madre consiguió mi custodia, y yo veía a mi padre los miércoles y uno de cada dos fines de semana, pero puedo decir que cuando se fue de casa salió de mi vida. Sufría pesadillas constantes en las que de nuevo me acorralaban y me hurgaban en el pantalón. O, aún peor, que nadie me prestaría atención, como a otras chicas que sin estar gordas no tenían cintura, o no habían perdido la grasa infantil. Sin embargo, son dolencias que se originan de manera distinta, y necesitan también un tratamiento diferente y específico. Se preciaba de controlar sus instintos, y en ocasiones le escuché decir que sólo la fuerza de voluntad separaba a los hombres de los animales. Como en todas las dietas hipocalóricas, el efecto rebote acecha, y las carencias en esta alimentación son obvias. Imagínate lo que es hacérselo encima sin poder evitarlo, y que te pille lejos de tu casa... yo tenía que llevar en el bolso medias, bragas y una falda de repuesto. La mujer segura de sí misma había ido perdiendo puntos durante los ochenta, y la conclusión en los noventa era que el esfuerzo no había servido de nada, y que mejor era regresar a la pasividad, a la doliente indefensión de las vírgenes cloróticas del siglo XIX. Un día me puse mis vaqueros preferidos, y me di cuenta de que se me caían. Es tuyo, tu cuerpo es tuyo. Si los usas, no te avergüences, y menciónalo inmediatamente a tu médico o terapeuta: mucha gente lo hace, lo que no significa que esté bien, por supuesto, pero no te sientas la única. Gredos, Madrid, 2013. Con cincuenta y cuatro años nadie le hubiera calculado más de treinta y pocos, y menos con un niño de diez años, pero creo que prefería ser admirada que mantener una relación real. No se ha casado, no tiene hijos, y continúa sana, aunque de vez en cuando regrese a su casa envuelta en llanto por las críticas a su trabajo. Después venía la familia, y más tarde, la tranquilidad de una conciencia en paz. Harta de los esfuerzos por seguir una dieta hasta que el ánimo se quebraba, las despreciaba por no ser capaces de resistirse a un bombón: volcaba en ellas toda la rabia que había sentido contra mí con aquel dietista, y su debilidad, y ver cómo engordaban tras cada dieta, como yo había hecho, me reafirmaba en mi posición de ser la delgada del grupo. Un número inmenso de mujeres y un sector creciente de hombres atrapados en una carrera contra el tiempo y contra el peso, una negación continua de lo que son, por constitución y hábito, y lo que serán, por experiencia y capacidad de sobrevivir. Cuando mi tía regresó mi respiración era normal, mi sonrisa templada, y el inodoro blanco volvía a brillar con olor a pino. Por favor, decidme quién puede guiarme para conseguir ayuda. Otras veces creen que las chicas no hacen sino llamar la atención, en esa edad tan difícil que es la adolescencia. Me sentía bonita, ansiosa de cambios, y me corté el pelo, me compré ropa nueva, y me dispuse a disfrutar de mi éxito. • Segunda fase o de crucero: se permiten hidratos de carbono (verduras, pero no frutas). De manera que hablé con mi cliente, y le puse tres condiciones. Sólo importa tu salud, y tu bienestar. O bien descubre que son buenos en esto y que la relación entre ejercitarse y muscularse es inmediata y satisfactoria, o el ejercicio sustituye otra práctica en la que era ya muy bueno (su trabajo, estudios, otros hobbies...). Comería lo imprescindible para que el niño no sufriera, pero si pensaban que yo iba a engordar los doce o quince kilos que me marcaban, habían dado con la persona equivocada. Creo, incluso, que si fuera afeminado y estiloso, lo aceptarían sin demasiados problemas, pero que eso me robaría cierta autoridad a la hora de negociar o incluso de tratar con clientes. Observaba mi aumento de peso como si le ocurriera a otro, y me dirigía insultos que jamás me hubiera atrevido a expresar en alto. Salamandra, Barcelona, 1992. No tenía ganas de ver a mis amigas, estaba siempre cansada y no quería salir con ellas. 17 Y finalicé agosto con dos kilos de más. Abordada desde perspectivas muy diversas (la fisiológica, la mental, la literaria, el testimonio), continúa despertando una enorme fascinación en quienes no la conocen, y pavor entre quienes la han tenido cerca. A veces engordamos o adelgazamos y por eso estamos más gordos o más delgados pero no somos ni una cosa ni la otra; sin embargo, cuando pienso en estar gorda pienso que si llego a engordar entonces seré siempre así: gorda, sin posibilidad alguna de cambio; en definitiva, evitar la vida porque con este mecanismo acabo pasando por encima, sin adentrarme en ella. ¿Deseas que tu niño pase una consulta? Había perdido por completo la libido y el apetito sexual, y me encontraba en una apatía gris, mientras el resto de la ciudad reía, comía, bebía y se divertía. No dejar de fumar, o comenzar, si no se tiene el hábito. Aquella primavera hubieron de ensancharme un pantalón, porque había engordado durante el invierno. La psiquiatra no tomaba notas, y yo no tenía modo alguno de saber si recordaba o hilaba mi anterior narración con la presente, de modo que desconfiaba y no me parecía estar recibiendo una atención adecuada. Túpac Amaru Teléfono: (01) 613 9290 comunicaciones@clinicalaluz.com.pe Sede Breña Av. Zarate. Has hecho lo que has podido para enfrentarte a una situación difícil. Clínica CEMTRO III se encuentra en la calle Costa Brava, 36, a tan solo 5 minutos caminando de Clínica CEMTRO y a 2 minutos de Clínica CEMTRO II. Muchas temen que su trabajo se vea afectado, o que las aparten de sus estudios. Mi cantante preferida es Britney Spears, pero no pude ir a verla por segunda vez estas Navidades, porque las entradas se agotaron antes de que mis padres me dieran el dinero. La inflamación de las glándulas parótidas está considerada como una de las señales más claras de que se producen vómitos repetidos. Le dedicaban poco tiempo a cada 60 paciente, y no quería que se alargara innecesariamente mi situación. Ahora me basta con escuchar algo de música, jugar con mis hijos, y quizás, ordenar la casa u ocuparme de mis plantas. Incluso en los casos cronificados, existen herramientas para que su vida resulte más fácil y llevadera. La Fe (Valencia) 96 386 27 00 193 194 BIBLIOGRAFÍA ABRAHAM, S. y LLEWELLYN-JONES, D. Anorexia y bulimia. Además, he encontrado muy pocos casos como el mío, los hombres con anorexia se sienten muy aislados y son una minoría. —No estarás haciendo cosas raras con la comida, ¿no? Incluso estando enfermo, puedes ser feliz. Poco a 85 poco reunió esa mirada única, que no sólo le ha ayudado a ella, sino que ha permitido que muchas personas, que de otra manera más literal nunca hubieran entendido qué se siente bajo el yugo de la anorexia, se pusieran en su piel. • Desarrolla grandes conocimientos sobre hidratación, productos dietéticos, gasto energético del cuerpo... pero pocos de fisioterapia real. Otra, la salida de la universidad, la consecución de mi primer trabajo y la marcha de casa de mis padres en muy poco tiempo. • Comer lo más despacio posible, masticar el mayor tiempo posible, cortar la comida en miles de pedacitos. A menudo lo lograba, pero sólo a fuerza de regurgitar y masticar durante horas la comida, y eso no me dejaba satisfecha. Este trastorno se denomina bulimarexia, y existe cierta polémica sobre su existencia: mientras que algunos autores estudian sus casos como parte de la anorexia, y consideran que se trata de una anorexia purgativa, otros creen que se produce como parte del progreso de la enfermedad, e incluso otros consideran que hablamos de un trastorno independiente, de hecho, el más extendido. En otros aspectos, la vida ha sido a menudo una pesada carga. • Sigue terapias naturales, como yoga, meditación, taichi, o ejercicios poco competitivos o enérgicos. El pecho abultaba las blusas y los jerséis, rozaba contra las telas, impedía correr y saltar, y las otras medían con los ojos su avance. Santa Beatriz - SEDE SJL: Av. No siento la necesidad de ser la mejor en lo que hago. Tampoco la elegancia era un valor en alza: a cambio, proponían la última moda, los complementos nuevos y los looks extremos, que exigían invertir en ellos más dinero del que yo recibí nunca como asignación semanal. A raíz de esto, de ver cómo me prohibían todo y cómo me controlaban, me deprimí y mi mal humor aumentó. A medio y largo plazo eso implica una disminución de estatura, un mayor riesgo de obesidad cuando sean adultos, obsesión con la comida, problemas de aprendizaje en la escuela, y una menor resistencia a las enfermedades. ¿Anorexia? Tingo María 623, Breña Teléfono: (01) 3407739 comunicaciones@etelmedic.pe San Martín de Porres Av. A las mujeres de hoy en día se nos exige ser trabajadoras de éxito, esposas que no se olvidan de su familia, madres que atienden a sus hijos sin desmaquillarse y tener una experiencia de una mujer de mediana edad en un cuerpo de una veinteañera. Lo que le contaba a la psiquiatra se lo había contado en muchas ocasiones a mis amigas e incluso a mis padres, de modo que no sabía para qué servía contarlo de nuevo. Me lo creeré cuando conozca a tu novia. SAUQUILLO, P. Mirada de mujer. Cuando llegué a casa, con una sorda desesperación de borracha en mi discurso, decidieron que era el momento de llevarme a un psicólogo. En una ocasión, una venita reventó en mi ojo derecho, y durante una semana cada vez que me miraba en el espejo me preguntaba si alguna vez sanaría y volvería a su tranquilizador color blanco. Comida, comida, comida... ¿Es que todo en mi vida iba a girar en torno a la comida? Merece la pena. Pero de esa manera dificultaron mi camino y mi recuperación fue mucho más lenta y dura, porque tuve que llevarla en solitario, y porque debía enfrentarme a una situación familiar no resuelta. Pero durante los meses que me llevó recuperarme, el proceso completo me fue de gran ayuda. Se cree que casi un 5 % de los usuarios habituales de gimnasios padecen vigorexia. El comentario coincidió con que comencé a salir con un chico, y por las dos cosas me esforcé de verdad por no saltarme la dieta. Comas, Lima . Empiezo a transformar la relación que tenía entre mentecuerpo, a darme cuenta de que los sentimientos que no manifiesto me provocan un hambre insaciable que confundo con el hambre biológica. Se favorece el efecto rebote, y los malos hábitos de alimentación. Me gusta la gente un poco loca, y que sean alegres y habladores. Se hablaba con cierta naturalidad del síndrome premenstrual, pero los chicos no ocultaban su displicencia por la irracionalidad e histeria femenina en «esos días». Por suerte, eso sólo lo hacían quienes estaban sobre aviso. BELL, L. y RUSFORD, J. Superar una imagen corporal distorsionada. Sabía que la enfermedad podría haberse cronificado, y que corría el riesgo de vivir así toda mi vida, pero aun así pensé que tendría que existir algún medio para atenuar el dolor y el sufrimiento y adquirir una calidad de vida razonable. MESÓN, N. Sara y la anorexia: el triunfo del alma sobre la mente. Y engordé también porque me atraqué durante quince días de unas pastas de almendra, novedad en la pastelería. Así mantenía mi peso constante, kilo arriba, kilo abajo. Yo, que me había tomado el curso con un desprecio apenas disimulado sin que por ello mis notas se vieran afectadas, afronté la selectividad con la misma actitud: sabía que no tendría problemas para entrar en la universidad: me había decidido por Arquitectura, de modo que mi amor por el dibujo podría encontrar una respuesta, y mi necesidad de planificar todo cuidadosamente podría salir a la luz. MÜLLER, M. Crónica de una anorexia. E.F. Si le preguntaran a una enferma de bulimia qué es lo que más odia de su enfermedad, posiblemente respondería que su cuerpo, o su incapacidad para adelgazar. equipo que necesita un médico es mejorar a sí mismo".! 96 El único modo de vencer las tendencias suicidas es hallar una manera de reducir tu sensación de dolor, o encontrar un modo de aumentar tu resistencia a ese dolor. No se repitieron las riñas ni las escenas. En sus páginas o foros nadie les dice continuamente que están equivocadas, o locas. Eliges mucho más de lo que crees. Ahí iba metiendo mi parte poco a poco a cada comida, hasta que se quedaba el plato vacío. La mayoría de las mujeres con anorexia sufren amenorrea, algo mucho menos 6 común en quien padece bulimia. Gran Chimu 085, Urb. Me metía un pastelito en la boca, pero aún no me lo había tragado y ya engullía el donut, y luego helado, y pan, y queso, todo, todo lo que pillaba. Además, admiraba su constancia. Una vez que logré su aceptación y que mi correo electrónico comenzó a poblarse con sus invitaciones para charlar en la red y para facilitarme fotos de modelos emanciadas, la frialdad se convirtió en cercanía, y no volvieron a exigirme una sola muestra de apoyo. Ansiosas y con un alto nivel de exigencia personal, las mujeres con permarexia prueban todas las dietas, sean o no saludables, y mantienen su peso a base de enlazar regímenes. Un alto porcentaje de enfermas lo intentaban y algunas lo lograban. • No se enzarcen en discusiones respecto a la comida, ni la conviertan en el centro del problema. Mi madre me acompañó en todo momento, y contestó a las preguntas del médico por mí, como solía ser habitual. Creo que de esa manera me liberaba de esos sentimientos e intentaba al mismo tiempo pedir ayuda. Tampoco frecuentamos la zona de ambiente, que en una ciudad pequeña es, irremediablemente, más pequeña aún. Me puse sola en un piso, me quedé con algunos clientes. Porque no me veía embarazada, sino gorda. Virgen de la Luz (Cuenca) 969 17 99 00 Hosp. Tu cerebro, la herramienta para interpretarlo. ANDERSON L. H. Frío. Otras no quieren tirar por la borda su imagen de chicas perfectas, o temen arruinarse si tienen que costear un tratamiento. Diagonal, 662-664, 08034 Barcelona (España) www.editorial.planeta.es www.planetadelibros.com Primera edición en libro electrónico (epub): junio de 2014 ISBN: 978-84-344-1859-2 (epub) Conversión a libro electrónico: Newcomlab, S. L. L. www.newcomlab.com 197 Índice Dedicatoria Introducción Cita I. Bulimia. (Página web Con su salud, ámbito hispanoamericano, 9-1-02) Nuevamente, el círculo de aislamiento, vergüenza y enfermedad puede romperse si las llamadas de auxilio reciben una respuesta adecuada y con la que puedan identificarse. Lo primero que hice fue operarme de la vista. Al oír «psiquiatra», empecé a inventar estrategias para que no me diagnosticaran anorexia. En estas descripciones de exceso alimentario no encontramos la alegría y el placer que se intuye en algunas novelas francesas, como Gargantúa y Pantagruel, o en los consejos de Brillat-Savarin, que incluye menús exageradísimos y llenos de lujo. Era torpe y lenta, y nunca podré decir que me gusta el ejercicio, pero mi cuerpo aprendió a moverse de nuevo, a sentir cómo bombeaba la sangre. No te enamores de ellas. Un día sonó el timbre de la puerta. de la Montaña (Cáceres) 927 25 68 00 Galicia 192 ABAG La Coruña 981 22 37 92 ABAP Vigo 986 43 65 41 ADANER Galicia 981 26 45 77 Hospital de Conxo (Santiago de Compostela) 981 95 15 00 Hosp. En la vida hay mil cosas por hacer. La sociedad no reacciona bien frente a los enfermos, menos aún ante los trastornos mentales, por muy leves que sean. No pensaba demasiado en la comida, ni en cómo conseguirla ni en cómo prepararla. (coord. Todos los medios de comunicación presentaban a estas chicas, con ciertas dudas, algunos, y las revistas femeninas acogieron el cambio con alegría. SUSANA. Mucha suerte a las que estáis en recuperación. La difusión de cuerpos que inciten a la delgadez extrema, a la modificación de los mismos mediante cirugía estética o a medidas irreales debería ser controlada. Han visto de todo, y lo más probable es que sean casos mucho más graves que los tuyos. Poco sabía el autor checo que unos pocos años más tarde millones de personas morirían de hambre y con el aspecto de los ayunadores profesionales, torturados en los campos de concentración, la imagen más conocida de hombres esqueléticos que tenemos en mente. Me arrastré hasta su puerta y le dejé una nota: «Ayúdame». De todas maneras, a ella sobre todo le interesaba contarme sus problemas, y yo siempre había sido un buen oyente. 80 Pero me cuesta aceptar que no estoy bien. Yo no sabía responder a eso. La leyenda decía que la diva María Callas, gordita y miope, se había tragado una tenia en una copa de champán, y que a los pocos meses había reaparecido, esbelta, airosa y elegante, aunque con la voz irremediablemente deteriorada. En los testimonios que he recogido, las enfermas hablan poco de cómo cayeron en la enfermedad, y mucho menos de datos concretos. Odiaba más que nunca la dependencia de la comida, y la vivía como si fuera a una droga. No todas las personas con anorexia o bulimia se mutilan, pero casi todas las chicas que se cortan o queman a propósito y de manera continua sufren algún trastorno alimenticio. ¡Qué alivio! ¿Entraba dentro de lo normal comportarse de esa manera, mantener esa distancia mental de los otros, sentirse tan sola? The end of overeating. Yo puedo decir, y espero que no suene vanidoso, que a mí me han tratado como a muchas mujeres guapas, y que no es nada envidiable, que muchos de esos acercamientos son superficiales, y sólo te hacen sentir mal, como si se dirigieran a una máscara que siempre llevas puesta y que no puedes quitarte porque es tu rostro. Sin embargo, a partir del siglo XVI esa tendencia varía: la Iglesia desalienta a las mujeres en esos ayunos excesivos con la idea de la beatificación, y a los eremitas o monjes solitarios, en favor de una mayor unión, control y coherencia. Taxi Sin trigo, maíz, lentejas y lácteos hay carencia de grasas, con lo que se perderá agua. — DIETA DE LA ZONA — Muy conocida, porque ha sido defendida por distintas famosas, propone perder peso al disminuir los hidratos de carbono. Los romanos lo sabían muy bien cuando eligieron cortarse las venas como la forma más dulce de morir. ISO 9001 Perú Certification ☎️ +511 613 9292 +51 989 265 761 WhatsApp Lima Tacna Chiclayo www.clinicalaluz.pe/blog Posts Reels Videos Tagged La anorexia: una locura del cuerpo. Fue el verano más feliz de mi vida, en el que hice realmente lo que quise, conocí gente maravillosa, y me sentí libre, libre, libre. Un cálculo no muy elaborado me permitía saber que aunque comiera unas raciones normales no iba a exceder el número de calorías que ingería en un atracón. Si algo le dolía, buscaba una solución inmediata, e intentaba descubrir desde el principio por qué se sentía así. Me recordaban demasiado a las que yo recibía. Sudaba ante la idea de enfrentarme a ellos y plantearles que renunciaba a algo por lo que había insistido tanto. La belleza de las top models de medidas perfectas y rostros regulares se despreciaba («aburridas», decían ahora de ellas, «demasiada sofisticación», «caprichosas», «exuberantes»). Jamás, ni en mis peores pesadillas, había estado tan gorda. El mecanismo es muy similar. Si no padece anorexia, se la obliga a defenderse como si se tratara de algo vergonzoso. LA SOLUCIÓN Se nos dice que con tomar la decisión de curarse, ya está hecho. Las familias que se lo pueden permitir tienen una vaca lechera, que de vez en cuando pare un ternero, y les facilita la vida, pero no ocupan un lugar particularmente mimado en la casa. Por primera vez en mi vida me sentí no sólo aceptada en un grupo, sino además parte de los privilegiados. Vivía en un continuo estado de nerviosismo, con el temor que mis padres se enteraran de que seguía comiendo y vomitando tras jurarles repetidas veces que ya no, y ahora, además, me aterraba que descubrieran las mentiras respecto a mis notas. Me atendió un doctor de guardia, con muy pocas ganas de emplear su tiempo en mí. Produce efecto rebote, por su carencia de hidratos, y causa mucha hambre, aparte 176 de que presenta muchas carencias alimenticias. Las palabras, las frases, te obligan a pensar. 62 Hubo algunos momentos terribles, momentos en los que la depresión me hizo tocar fondo de nuevo, pero había aprendido a pedir ayuda, a encerrarme en mi habitación con música, sí, pero también a alertar a mi madre de lo mal que me sentía. Teléfonos Clínica La Luz en Peru (01) 613 9292 Lunes a Domingo de 08:30 a 20:00 horas. Me parecía que ya me sería imposible comer normalmente sin engordar, por más que las raciones en la casa irlandesa no fueran «normales», y estaba a punto de aceptar mi peso; se podía vivir con él, pese a todo, y mi cuerpo era femenino y curvilíneo, algo más ancho de lo que yo deseaba, pero sin que ninguna parte de él destacara. ALBI PARRA, A. Tu cuerpo es tuyo. Fue un divorcio muy duro y en el que salieron temas muy desagradables, entre ellos infidelidades de mi padre, y mentiras sobre nuestro estado económico. No basta con curar los síntomas, no basta con curar a las enfermas. Eran los años de la llegada de las modelos como Kate Moss, y la delgadez ya no bastaba: había que adelgazar más, hasta mostrar el esqueleto. Sabía que algún día me tocaría a mí morir, y esperaba que fuera de una manera digna, y por una razón inteligible: no entendía las muertes en un accidente de tráfico, a menos que se huyera de un enemigo, o tras una enfermedad, a no ser que sirviera para arrepentirse de los hechos pasados. Ante nuestros ojos, las niñas cuentan, día a día, con apenas seis horas de diferencia horaria, cómo se esfuerzan por continuar con su anorexia, o cómo se entregan a prácticas de ayuno y restricción de alimentos. Esa sonda, que el paciente debe llevar todo el día, está conectada a una bolsa de plástico que contiene el alimento. Con diecisiete años, adelgacé 25 kilos y me quedé en lo que es el peso ideal; me costó siete meses de dieta y de mucho deporte. Me desespero, me siento extremadamente cansada y fracasada en mi intento por reconciliarme conmigo misma, caigo ladera abajo, sin ningún tipo de freno. No sabía qué hacer. No porque me hubiera salvado, ni por lo que hacía por mí, sino cada gesto de ella, la manera de reírse, la forma determinada en la que cerraba el microondas por tercera vez con la mitad del puré. Él dijo que debía acudir a un psiquiatra, y que no quería enviarme con este problema al centro público de salud mental. —¿Condiciona tu vida normal? • Dieta mediterránea, que no es la que se consume en todas las regiones de España, ni en las cantidades en las que muchas veces se come. Durante aquellos años le impedí un momento para sentarse y descansar, y monopolicé sus horas libres. El año comenzó con el suicidio de Alexander McQueen, aún de duelo por la reciente muerte de su madre, y siguió con las muertes del modelo Tom Nicon, justo antes de la Semana de la Moda de Milán, y de Jeremy Gillitzer. TORO, J. El cuerpo como delito. Suplementos, claro, creatina desde el principio, otras cosas, lo que todo el mundo (menciona a continuación una serie de complementos habituales en el mundo del culturismo, algunos de ellos abiertamente peligrosos). Al tratamiento habitual contra la bulimia hay que añadirle un control exhaustivo de los niveles de glucosa, y una correcta alimentación, cuidada y equilibrada. Gimnasios, cremas, tratamientos, cirugía y comida sana, incluso orgánica, se daban por consumidas, y eso costaba dinero. Incluso cuando sintiera que mi estómago iba a explotar seguiría comiendo. Mis compañeros se marcharon de vacaciones, y yo me quedé solo. No es un espacio para hablar de esperanza ni de recuperación, sino para aquellos que lleven una vida obsesionada con la comida. Emplea un poco de tiempo, el necesario, en encontrar un profesional en quien puedas confiar. Sus estímulos para continuar adelante fueron su hijita de seis años y la idea de abrir un restaurante en el que alguien como ella se sintiera cómoda, sin presiones para comer, con un ambiente ideal y una carta en la que tanto los enfermos como sus acompañantes pudieran sentirse a salvo. Descubrí los riesgos a los que me había sometido cuando ya había superado la enfermedad, y cuando lo supe, me eché a llorar. Tan sólo es cuestión de tiempo y de ir identificando lo que me pasa desde pequeña y arrastro hasta la actualidad. La celulitis, enemigo con el cual la batalla está perdida de antemano, se ha exagerado y demonizado hasta faltar a la verdad. En cada una de mis siguientes lecturas del libro, no pienso decir cuántas veces lo he leído, he encontrado cosas nuevas. Me sentía muy desconcertada, quizás porque había esperado una serie de soluciones, o de explicaciones de mi conducta, y lo que encontraba era que se me permitía hablar de mi vida sin intercalar una palabra. En realidad, estaba muerto de cuello para abajo. Que no sean complacientes, pero que no te maltraten. Bronce, Barcelona, 2005. NORMAS DE COMPORTAMIENTO CÓMO SABER SI NUESTRO SER QUERIDO TIENE ANOREXIA RESTRICTIVA • Ha disminuido de peso de manera significativa y drástica: come mucho menos, y de menos cosas, y ha aumentado el ejercicio, muchas veces a escondidas. Ariel, Barcelona, 2009. Muy atractivo, y dotado de un gran encanto personal, su peso osciló entre los 60 kilos y los 89, para una estatura de 1,78 metros. El sufrimiento psíquico era enorme, pero me cuesta encontrar palabras con las que describirlo, términos al que compararlo. En muchas ocasiones se enfadaba conmigo porque yo me mostraba tremendamente reservada respecto a mis emociones, o porque le contestaba con evasivas en lugar de revelar qué me pasaba. Poco antes de Navidades mi tía preferida me invitó a pasar unos días con ella en un hotel de lujo. De la leche 164 podrían extraer nata, mantequilla y queso, y el estiércol es un combustible apreciado, gratis y constante. No me quejo, me encanta dibujar, y colorear, pero estamos controladas todo el tiempo. Si deseas mirarte, hazlo. Para los defensores de la voluptuosidad, sorprende constatar la delgadez de muchas actrices de los años treinta y cuarenta, que se acrecentó, ya implantada plenamente, en los sesenta, con Twiggy y otras modelos. Muchas veces no era más que un deseo inconcreto de finalizar, de descansar sin tortura, de paz. No comía restos de la basura, o productos para animales, o mi propio vómito. La información veraz sobre los trastornos alimenticios y los riesgos que conllevan resulta imprescindible. Sede Chiclayo Sede Comas Sedes Lima - SEDE CENTRAL: Av. Todo el dinero que obtenía de dar clases particulares y de pasar a ordenador apuntes y trabajos lo gastaba en comida. Perfeccionista y autocrítica, intentaba siempre una decoración novedosa, o un plato de alta cocina, se ocupaba de vestirme a la última, o de destacar de alguna manera que denotara estilo y elegancia. Cuando los miedos al bañador asoman, y la odiada celulitis atemoriza a más de una, estos productos dicen solucionar la retención de líquidos. Alianza, Madrid, 2005. Postula y sé parte de nuestra familia! Temas de Hoy, Madrid, 1992. Lo que no podrás imaginarte es lo doloroso que fue. Ya nadie se reiría del patito feo. 53 Día a día comprobaba que las chicas que mantenían relaciones íntimas con sus novios gozaban de cierto respeto, e incluso consideración; pero las que cambiaban con demasiada frecuencia de compañero no se libraban de etiquetas malintencionadas. Mi madre era una mujer muy guapa, y le gustaba llevarme a su lado, sobre todo cuando era pequeño, porque «yo le hacía muy joven». Si acaso, una nueva duda entró en mi mente. ¿Quién no desea ser feliz? Los diseñadores insistían en que no había color más elegante. La ley más poderosa, la divina, convirtió en tabú el comerse a un bicho que resultaba más útil vivo que muerto. Era evidente que no existían héroes, ni rebeldes, que la infancia se había reducido en duración bruscamente, y que el mundo de los mayores, con sus intereses comerciales y su amnesia sobre los auténticos intereses de los adolescentes, nos precipitaba hacia determinados valores adultos mientras nos mantenía sin responsabilidades auténticas en otros aspectos. ¿Es nuestra sociedad lo suficientemente madura como para optar por distintos patrones estéticos? Por suerte, me faltaban los rasgos de carácter y las circunstancias que pueden llevar a la anorexia. Y soy feliz. Lo contrario era poco femenino. Al final muere de inanición en un estado de abandono mientras confiesa el secreto de su virtuosismo». Me da igual que sea el alcohol, la cocaína, los tranquilizantes, los diuréticos, los laxantes. Mi gusto por la ropa se deslizó rápidamente a los cuerpos: antes, a veces, dibujaba algún modelo que me había gustado, pensando en las fiestas a las que acudiría cuando fuera mayor. ! Sean asertivos, aprendan a decir «no», y a fomentar la independencia de la enferma. Por no hablar de que Antonio se fracturó todo el lado izquierdo de crío, y a veces le duelen los huesos. Sin embargo, en los terrenos boscosos y pantanosos europeos, los cerdos se criaban casi sin auxilio humano, y la posibilidad de conservar su carne salada garantizaba proteínas, grasas, y en ocasiones, la salvación en un invierno hostil. 175 — DIETA ATKINS — La dieta Atkins se centra en la inducción de cetosis: se eliminan o restringen los hidratos, se vacían las reservas de glucógeno y las grasas se usan como fuente de energía para formar cuerpos cetónicos. Me doy cuenta de que vivo con un enfermo, y espero que tras hablar contigo me resulte más sencillo que pase por una terapia, o por lo menos que reconozca el problema. No encontraba otra manera de no engordar. Con el tiempo, en España, el consumo de cerdo sería literalmente una salvación, una cuestión de vida o muerte. Es una lucha de voluntades, y tiene que demostrarle quién gana. 31 Imaginaba continuamente mi vida junto a la del chico que me gustaba. Si quemarse o cortarse sirviera de algo, con cortarnos una vez, aunque fuera hasta el hueso, estaríamos vacunadas. Con una de ellas aún mantengo el contacto, ambas estamos bien, y es curioso cómo, desde distintos lados del TCA (yo padecí anorexia y ella bulimia), ambas nos sentimos protagonistas de aquellas historias. La costumbre de negarse a comer para evitar a un pretendiente, o por el contrario, de encerrar a la chica a pan y agua hasta que ceda, ha sido y sigue siendo un arma empleada en casos de matrimonios forzados, incluso hoy día. Era dolor por sí mismo, sin causa aparente, día y noche, que se rebelaba en actos que no podía evitar durante el día y pesadillas durante la noche, una tortura continua que no cesaba, comiera o no, vomitara o no, y que sólo cedía en los momentos de abandono, en los que mi voluntad se negaba a obedecerme y yo sentía que quien actuaba no era realmente yo.

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